miércoles, 13 de abril de 2011

PLACAS TECTONICAS

Las placas tectónicas son planchas rígidas de roca sólida que conforman la superficie de la Tierra, flotando sobre una capa de roca fundida que conforma el manto, la siguiente capa del planeta.
La mayor parte de los terremotos se produce en las zonas ubicadas en los límites entre las placas. Este contacto puede ser de tres tipos:
1. Cuando las placas son convergentes una se hunde bajo la otra. El caso más conocido es el de nuestro país que se ubica en la placa Sudamericana bajo la cual se hunde la placa de Nazca. Este fenómeno, también llamado subducción, afecta a las costas de Chile y Perú provocando gran número de sismos en la zona.
2. Cuando las placas se desplazan paralelamente entre sí pero en sentidos opuestos, generando sismos. Esto ocurre en la Falla de San Andrés, en California, Estados Unidos, área de numerosos terremotos. Se dice que este tipo de placas tiene fronteras de transformación.
3. Cuando las placas se alejan una de la otra se les llama divergentes. Esto sucede con las placas Norteamericana y Europea que se separan a una velocidad de 2,5 centímetros por año. Al separarse se produce un espacio que es rellenado con magma. Cuando éste se endurece se aleja del lugar donde surgió generando un nuevo hueco que es rellenado con nuevo magma. El proceso crea el sistema que da origen al fondo oceánico. En estas zonas no suelen ocurrir sismos de gran intensidad.
Una de las teorías que ha ayudado a entender por qué los sismos se producen es la de la deriva continental. Fué presentada en 1910 por el meteorólogo alemán Alfred Wegener quien sostenía que todos los continentes estuvieron una vez unidos en un gran territorio llamado Pangea (Todas las Tierras en griego). Wegener se basaba, entre otras cosas, en que las costas de América del Sur y de Africa coinciden al juntarlas.
Esta teoría fue acogida con escepticismo por la comunidad científica de su época. Sin embargo, fue reconocida en la década del 60 a raíz de una serie de descubrimientos tecnológicos que permitieron dar mayor sustento a sus ideas.
La fricción entre las placas tectónicas
La naturaleza de la fricción representa una de las temáticas científicas más apasionantes y misteriosas que cautiva la atención de muchos investigadores.

Los sismólogos descubrieron a comienzos de los años 60 que la fricción era lo que controlaba el deslizamiento entre las dos caras de una falla tectónica, o sea, de los terremotos en la corteza terrestre. “El proceso físico de la fuente sísmica”.

Desde entonces los estudios han comprobado que la actividad sísmica de una falla tectónica, o de una región de la corteza sometida a carga de fuerzas tectónicas, sigue un comportamiento “caótico”.

Las fallas o fracturas en la Tierra se activan cada cierto tiempo liberando energía sísmica a intervalos temporales irregulares y a “saltos” o deslizamientos diferentes cada vez.

Este comportamiento observado de la sismicidad hace que el fenómeno de carga y descarga de energía sísmica se produzca de forma repentina. Los sismos son fenómenos impredecibles.

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